XED! – Mercado Agrícola De Montevideo desde Montevideo, Departamento De Montevideo, Uruguay.

Los mercados no son nada nuevo en este espacio ni en ninguna ciudad. Hace algún tiempo hablamos del Mercado Del Puerto de la misma Montevideo de la que hablaremos hoy, pero… ¿Qué podemos hablar además de lo que ya vimos en su congénere costero? Tal vez los mercados nos despierten esa admiración al seguir siendo hasta nuestros días uno de los puntos neurálgicos de muchas ciudades.

Esa concentración de vida, de ese día a día tan propio (y a la vez general) de cada ciudad desvela un poco más de la esencia de la misma. En este modernizado mercado, mucho menos turístico que su hermano portuario, vimos esa ciudad comercial más cercana al diario con sus bondades y desventajas. Los invitamos a “Comprar” con esta lectura un poco del MAM, el Mercado Agrícola De Montevideo.


¿QUÉ ES?

Un gran mercado ubicado en la zona comercial de Montevideo, más precisamente en el Barrio La Aguada. Primariamente dedicado a la venta de productos de origen Agrícola, destaca por su enorme edificio distintivo por el uso de hierro en la cubierta y la ornamentación de la fachada siendo fundado en 1906. Recientemente remodelado y refuncionalizado en un espacio más diverso, es Monumento Histórico Nacional.

Ingreso desde Calle Martín García.

¿CÓMO LLEGAR?

Desde la Plaza Independencia, nuestro punto cero montevideano, Saldremos hacia el norte por Calle Juncal o alguna de sus paralelas hasta pasados los cien metros y su encuentro con la Calle Mercedes, via que se interna hacia el oeste capitalino. Luego de transitar cerca de ochocientos metros tomaremos el desvío al norte hacia la famosa Avenida Del Libertador Brigadier General Lavalleja (popularmente Avenida Del Libertador a secas) la cual nos llevará por poco más de un kilómetros hasta el Palacio Legislativo.

Bordeando hacia su derecha al suntuoso Palacio seguiremos al norte costeando la Plaza Primero De Mayo llegando a la Calle José L. Terra, la cual doscientos metros después nos dejará de cara al mercado. En total son aproximadamente tres kilómetros de recorrido totalmente asfaltados y en zona urbana. También existe la posibilidad de llegar por medio de la Calle Galicia bordeando el Río De La Plata tal como muestra el mapa. Creemos que la ruta del relato es la más intuitiva y simple para llegar.

El transporte público se centra, casi de manera corriente en Montevideo, en el ómnibus interurbano. Las líneas de ómnibus N. ° 169, 175, 187, 188 y 505 pasan por la cercana Avenida General Flores, distante cien metros del Mercado Agrícola. Por otra parte, existe un servicio directo a Pando, Departamento De Canelones (7A) sobe la Calle Yatay. Ya mas cercano al Palacio Legislativo sumamos las líneas N. ° 1A, 2A, 128, 135, 137, 147, 148, 149, 150, 151, 155, 156, 157, 158, 396, 802, 803, 804, 805, 807 y 809.

La presencia de taxis es constante, al igual que la disponibilidad de plataformas virtuales como Uber, Cabify, Beat o Didi.


RECORRIDO

La mañana de otro Febrero nos encontró en una ciudad aletargada en el tranquilo y coqueto “Prado” entre residencias antiquísimas y calles arboladas. Ante la necesidad de pasar la mañana hasta poder tomar nuestra habitación decidimos salir a caminar por la Avenida Millán hacia el sur, tal vez llegando a La Comercial para decantar luego en el más que reconocido Boulevard General Artigas. En la Terminal De Tres Cruces esperábamos amigos que llegarían al mediodía y el tiempo muerto hasta el encuentro no debía desperdiciarse.

Moviendo las piernas y ya con el Palacio Legislativo a la vista decidimos tomar la Calle Isidoro De María hacia la derecha, la cual luego de algunos redireccionamientos nos dejó de cara al mercado. La primera impresión es la de estar en un mercado en toda su regla, por lo menos bajo nuestra visión latinoamericana. El estacionamiento está colmado, auxiliado por baldíos hacia el oeste que ofician como playas improvisadas dirigidas por “Trapitos” con casacas del “Manya” o del “Bolso” de dudosa originalidad. Ya esa imagen nos parece fantástica.

Ingreso paralelo a la Calle Martín García.

En dicotomía, el edificio es majestuoso. Una torreta está frente a nosotros en una de sus esquinas rematada con un estilizado tejado de pizarra en plateado, siendo la cubierta basada en una estructura sólida revestida en mampostería. Desde este punto surge la imponente ingeniería de hierro que reviste el superior de los laterales y sostiene la del domo que genera la superficie cubierta. Los toques franceses y el Art Noveau desde el exterior dejan ver la gran linterna central bajo la que luego iremos caminando. Entramos mediante el ingreso que da a la Calle Martin Garcia, el cual entendemos es el principal acceso del edificio.


A principios de 1900 surge la idea de un mercado de este tipo, priorizando fundamentalmente la producción agrícola que llegara desde el interior del país a Montevideo. Es así como en 1906 se coloca la piedra fundamental que daría inicio a la construcción del inmueble. Se buscaba también modificar la ubicación histórica de la venta de productos agrícolas que se daba donde hoy se encuentra el Palacio Legislativo. Sería inaugurado en 1913 luego de largos años de construcción y procesos de permisos de la intendencia.

El edificio albergó durante años el mercado, siendo ampliado en 1929 y 1945. Finalmente el Mercado Modelo iba a ocupar su lugar desde su inauguración en 1937 en adelante, siendo cada vez mas notoria la debacle del patrimonio sobre el cual escribimos. A partir de 1999 se declara Monumento Histórico Nacional, apalancando a partir de 2006 la restauración total del complejo reabriendo sus puertas en 2013. Gran parte de la historia del mismo se puede leer en la Página Web del MAM.


La primera sensación dentro es la de espacio. La elevada altura del domo metálico comprueba las hipótesis que teníamos desde fuera. Los ordenados, pulcros y casi vacíos pasillos son un oasis si los comparamos con otros mercados que hemos visitado. Según pudimos leer luego, los amplios corredores fueron pensados para maximizar el tránsito peatonal y apuntalar aún más un ambiente ordenado e higiénico, procurando las condiciones adecuadas para el acopio de los productos que se comercian allí desde siempre. Caminamos lentamente entre los pasillos que componen la periferia rectangular del mercado, como lo hacen la mayoría de los transeúntes.

Pasillo dentro del Mercado Agrícola.

Justamente los pasillos periféricos, que en algún momento fueron dependencias dentro del lugar, hoy están plagados de locales comerciales más pequeños. Sobre algunos laterales surgen como apéndices nombres conocidos para cualquiera que visite la ciudad: imposible no reconocer un Abitab, y mucho menos al más oriental Ta-Ta. Las tiendas no solamente ofrecen alimentos sino que exhiben joyería, artesanías, libros, talabartería y hasta artículos para mascotas. Cuantos más hacia el centro nos acercamos se hace más común ver verdulerías, carnicerías y pescadería. El inconfundible aroma que emanan las brasas de una parrilla cercana nos hacen recordar que aún estamos en el Río De La Plata.

Pasillo y detalle de la Cubierta.

Caminamos sobre el empedrado original cuidadosamente restaurado hace algunos años mientras vemos a algunos vecinos que se disponen a almorzar en los asientos sobre las mesas que siguen de manera longitudinal el pasillo. A diferencia de otros mercados turísticos que hemos visitado (más de una decena en Buenos Aires y el Mercado Del Puerto en Montevideo) nuestro protagonista de hoy día se encuentra repleto de locales. Esto nos hace reflexionar acerca de la importancia que sus congéneres tuvieron en la vida de nuestros padres y abuelos, no sólo como mercado sino más bien como un punto neurálgico desde una visión sociopolítica y económica de antaño.

Empedrado en el Mercado Agrícola.

Todos los caminos convergen en un punto central. No hay ningún tipo de característica en el techo que marque el medio del mercado, sacando la lámpara central. Por otro lado, los caminos llegan al centro con una hilera de mesas comunes que se comparten entre los comensales y los compradores que esperan sus productos. Este punto íntimo del local no deja de verse iluminado gracias a los inmensos ventanales sobre la cubierta que deja entrar la claridad del día sin necesidad de iluminación artificial. Ese punto central, probablemente al ser amplio, no concentra la mayoría del público contrario a lo que podríamos intuir.

Hay algo bastante particular hacia el norte del mercado. Sobre uno de los laterales existe un “patio de comidas”, algo bastante contradictorio teniendo en cuenta que la intención general del mercado tiene que ver con los alimentos agrícolas. Algunas cadenas de comida rápida local tienen su espacio entre los productores locales aquí mismo entremezclando la oferta para el visitante. En este sector también vimos los baños y una gran pantalla que invita a ver el evento que se esté transmitiendo. Casi de pasada nos queda el otro ingreso al mercado sobre la Calle José L. Terra, a la cual nos dirigimos.

Patio de Comidas dentro del mismo Mercado Agrícola.

Este ingreso tiene la particularidad de dar de forma directa a la calle, sin tener la distancia a la misma que tiene el principal ni su arboleda que esconde tímidamente la fachada. La imagen limpia del frente deja ver el complejo diseño del fresco con motivos florales que parece ser compuesto de azulejos. El escudo de la ciudad lo corona leyéndose bajo el mismo su título de “Mercado Agrícola” en plano destacado. La torreta corona el arco de medio punto que da acceso al lugar desde este punto lateral. Si bien luce moderno gracias a la entrada vidriada y un estado de conservación envidiable, la estructura desborda de importancia histórica entre su estilo academicista y sus toques Art Nouveau.

Ingreso sobre la Calle José L. Terra.

El tiempo siempre nos corre y este día no fue la excepción. Nos fuimos a seguir recorriendo la nutrida zona comercial de Montevideo buscando productos que no podemos conseguir en nuestra costa. En los subsiguientes días visitaríamos por lo menos dos veces más el local, ya de forma mucho más fugaz y centrados en comprar determinados productos. Algo no deja de ser cierto… es un mercado en toda su regla, que cumple su rol dentro del territorio en donde se encuentra y despunta una importancia comunitaria envidiable al compararlo con otros similares. Una joya auténtica en las periferias del centro capitalino.


A TENER EN CUENTA…

  • El ingreso es libre y gratuito. El mercado se encuentra abierto todos los días desde las 09:00 Hs. hasta las 22:00 Hs.
  • Todo el ingreso e interior se da sobre el llano, sin ningún peldaño. Este punto de vista accesible de la motricidad difiere de otras características por lo que pudimos notar. De igual manera el edificio pareciera encontrarse preparado.
  • En caso de llegar en transporte particular el MAM cuenta con estacionamiento libre propio. En los alrededores varios terrenos baldíos ofician como auxiliares vigilados por los clásicos “Trapitos” bajo el pago de módicas sumas. En el barrio el estacionamiento en vía publica es libre.
  • Dentro del Mercado Agrícola las tarifas son de lo más variadas. Teniendo en cuenta que la inflación en la vecina República Oriental Del Uruguay es un mal menor comparado con nuestro país, te sugerimos leer la entrada del Mercado Del Puerto para saber más de este punto.
  • Dicho sea de paso… existe la posibilidad de comprar productos sueltos regionales al por menor o de consumir platos allí mismo. Existe también un pequeño patio de comidas. Una gran gama de posibilidades que dependerá de su gusto.
  • El MAM cuenta con sanitarios públicos. Pueden acceder a ellos cercano al patio de comidas y la Calle José L. Terra.
  • El imponente edificio se presta para la fotografía, sobre todo en espacios interiores hacia la cubierta y por su fachada en los ingresos.
  • En general como todo Montevideo la zona es segura. Al ser un punto comercial vemos más personas de las habituales, lo cual nos hace extremar medidas y estar atentos ante posibles carteristas. No mucho más…

Cerramos así otra nueva entrada montevideana. El segundo mercado que visitamos en la ciudad se une a tantos otros que hemos visitado y traído a este espacio, sumando otros tantos que durante el siguiente año vendrán. La ciudad se presta a estos espacios de comunión entre vecinos y comercio donde vemos otra faceta de una capital fascinante y sumamente auténtica.

Nos iremos raudamente al oeste el siguiente viernes, cambiando totalmente nuestros aires húmedos de la pampa para internarnos en la sequedad y el calor de Cuyo. En pocas palabras… volveremos a hablar de Mendoza, la flamante provincia que ingresará por segunda vez en este espacio cada día un poco más federal. Los esperamos a las 20:30 Hs. como marca la tradición.

Leemos sus comentarios y sugerencias, ¡Muchas gracias por leer!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *