La ciudad costera de Mar Del Plata goza de encontrarse dentro de una región diversa dentro del país. Si bien la mayoría de los turistas se mantiene, cual cangrejos, recorriendo las diversas playas que ofrece su costa, existen otras alternativas hacia el interior del continente. Historia, cultura, arquitectura, deportes, campo y sierras crean un abanico de posibilidades para todos los gustos.
El sistema serrano de Tandilia se vuelca al mar en el afamado “Cabo Corrientes”, sin embargo, si centramos rumbo hacia el sudoeste, podemos seguir las serranías viendo como estas escalan en altura. A pocos kilómetros de la ciudad, la Laguna De Los Padres ya empieza a deslumbrarnos con un poco de la belleza serrana bonaerense.
¿QUÉ ES?
Una laguna de agua dulce con cuatro kilómetros cuadrados de superficie entre las primeras estribaciones del Sistema De Tandilia. Lugar ideal para la pesca, la recreación al aire libre y el avistaje de diferentes especies de aves. Región con importancia histórica por sus antecedentes poblacionales previos a la Ciudad De Mar Del Plata.
¿CÓMO LLEGAR?
Saliendo desde la Plaza Colón (punto cero de Mar Del Plata) tomamos rumbo norte sobre la costanera, por la varias veces nombrada Avenida Patricio Peralta Ramos, hasta la rotonda que empalma hacia la izquierda por la Diagonal Alberdi Norte. Tomando por doscientos metros la diagonal llegamos al primer paso habilitado hacia la vertiente sur de la vía, la cual transitaremos hasta el Monumento al General San Martín, en donde proseguiremos por la Avenida Pedro Luro hacia el interior.
La Avenida Pedro Luro pasa a ser nuestro camino constante por la ciudad. Son poco más de cuatro kilómetros hasta la rotonda que convierte la avenida en la Ruta Nacional N. º 226. Tomando esta ruta llegaremos, después de unos trece kilómetros, al acceso hacia la laguna y la reserva circundante. Después de una (peligrosa) rotonda sobre la carretera se sigue hacia la derecha sobre el acceso asfaltado. Son cuatro kilómetros de un camino poco transitado rodeado por un tupido bosque de altos árboles. Al final del camino nos encontramos de cara con la laguna.
Hablando de transporte público… La única línea de ómnibus que llega hasta la calle de acceso es la N. º 717, que puede ser abordada desde el centro de la ciudad y gran parte de la zona costera. Utiliza Sistema SUBE, aunque tengamos en cuenta que los costos se encarecen por la distancia y la diferencia de precios entre el Área Metropolitana de Buenos Aires y el resto de la provincia.
Otras opciones son las aplicaciones para móviles, especialmente Uber que cuenta con muy buena cobertura en la zona. Los taxis de la Ciudad De Mar Del Plata llegan hasta el lugar con diferentes tarifas. Llegar hasta la zona con bicicleta es posible, por más que la distancia total sea de veintidós kilómetros.
RECORRIDO
Llegamos hasta la famosa rotonda de la Ruta Nacional N. º 226. Cuando escribimos en el apartado “¿CÓMO LLEGAR?” sobre la peligrosidad de la misma no exageramos, siendo una ruta muy transitada y con un paso peatonal bastante defectuoso. Una vez llegados a la puerta de la zona de reserva podemos dejar el estrés de lado y empezar a caminar por una vía vehicular correctamente asfaltada, lo suficientemente amplia como para caminar sobre su banquina.
Después de pasar la portada en madera y admirar una serie de carteles es momento de caminar hacia la laguna. A nuestro alrededor un frondoso bosque nos escolta constantemente. Llama la atención la altura de los árboles, además del persistente aroma a eucalipto que nos acompaña a todo momento. Hacia el interior de la arboleda se internan varios caminos improvisados, los cuales recomendamos no transitar por seguridad.
A los pocos metros de caminata vamos a divisar hacia la derecha el Vivero Forestal Municipal, que puede ser visitado dependiendo el día y horario. Nosotros continuamos entre la vegetación, cada vez haciéndose menos densa y dejando ver el cielo abierto al final del trayecto. Así entonces el terreno ondulado presenta una última loma que, al caminarla hasta el tope, nos presenta grandiosa al cuerpo de agua que venimos a buscar… la Laguna De Los Padres.
Desde aquí el camino se divide hacia el norte y sur. Toda la calle de tierra rodea a la laguna hasta un cierto punto y llevan a distintos locales en la rivera. Nosotros optamos por caminar hacia el norte, cruzando el puente del Arroyo De La Tapera, uno de los afluentes del humedal. El camino es de una belleza bucólica, lleno de subidas y bajadas verdes entre bancos arbolados y la laguna omnipresente hacia el centro de la escena.
A poco caminar aparecen algunas construcciones. Juegos para niños y bancos son encontrados a la vera del camino, mientras que al fondo asoma la pequeña comisaria zonal y el Museo Municipal José Hernández. Las salas del museo reflejan la vida rural de la Pampa Húmeda argentina, todo acogido por el casco principal de la antigua Estancia Laguna De Los Padres, propiedad pasada de Eusebio Zubiaurre. Durante nuestra visita permanecía cerrado.
Seguimos andando. A la derecha de nuestra vista aparece una “pista” particular. El “Campo De Jineteada Sierra De Los Padres” se anuncia por un destartalado cartel que antecede a un campo verde surcado por algunos riachuelos temporales. Unos metros antes el camino conecta con otro, nombrado Camino Del Cabildo Indígena, que deposita a los visitantes en la Ruta Nacional N. º 226 mediante un bellísimo acceso.
Más allá aparecen manchones de vegetación en una zona recreativa. Existe una conexión vial a una pequeña isla (reconvertida en península) que alberga entidades y clubes privados. En todo este sector de la laguna registramos varias instituciones recreativas y deportivas que realizan actividades en sus aguas. Retornamos deshaciendo nuestro andar hasta el punto en que nos desviamos hacia el norte.
Ya nuevamente en el acceso enfilamos hacia el sur. Lo primero que vemos es la Base De Guarda Parques, también cerrada en el momento que la visitamos, para continuar por el camino que sigue entre el bosque y la laguna. Este sector posee mayor densidad de vegetación y una panorámica enfocada en la Sierra De Los Padres hacia el sur. Debemos hablar de la reconstrucción de la Reducción Jesuítica Nuestra Señora Del Pilar, de la que algo hablamos en esta entrada.
La reducción de Nuestra Señora Del Pilar data del año 1746 cuando José Cardiel y Thomas Falkner la crearon dentro de una serie de puestos de avanzada hacia el “Desierto” al sur de Buenos Aires. Hacia 1750 la reducción juntaba más de mil residentes a su alrededor, convirtiéndose en el primer pueblo al sur del Río Salado. Tal fue la importancia que se estableció un “Cabildo Indígena” con autoridades de la comunidad.
Luego de conflictos socioeconómicos con los habitantes vecinos a la misión, los jesuitas deciden emprender un éxodo hacia mediados de 1750. El abandono de la zona se vio interrumpido en 1949 cuando por decisión gubernamental las tierras pasaron a ser públicas. Posteriormente investigaciones precisaron la ubicación real del lugar e iniciaron la reconstrucción actual.
Lo mismo ocurre que hacia el norte, varios clubes y campings están sobre la rivera y componen el complejo. En la cabecera opuesta desemboca el Arroyo De Los Padres (reconocido como río por algunos mapas) de difícil llegada e infraestructura nula. Nos vamos de la Laguna De Los Padres, felices de conocer este lugar icónico de “La Feliz” diferente y distante a la playa y el bullicio de la urbanidad.
Cartel de acceso. 
Camino de acceso. 
Vegetación y eucaliptos. 
Vivero Municipal. 
Arroyo De La Tapera. 
Museo y Destacamento Policial. 
Vista a la laguna desde el sur. 
Vista a la laguna desde el norte.
A TENER EN CUENTA…
ACLARACION: Por la situación actual (Pandemia COVID-19) muchos de los puntos podrían no presentarse de forma tal, por esto recomendamos consultar a organismos oficiales. La visita se dio durante el mes de Julio de 2021, durante un periodo de reapertura gradual de las actividades recreativas.
- La entrada es libre y gratuita. No existe ningún tipo de control en el acceso, por lo menos fuera de temporada, y se puede llegar por varios caminos.
- El estacionamiento en el lugar es libre y gratuito en todo momento. Por su característica natural no existe un sitio formal en donde estacionar, sino que simplemente se puede parar y disfrutar del lugar al costado del camino.
- Todo el camino se encuentra asfaltado. Desde el centro de la ciudad, pasando por la Ruta Nacional N. º 226 (en perfecto estado) y llegando al Camino De Acceso (un poco descuidado) casi en ningún momento transitamos sobre grava.
- El circuito que rodea la laguna es de tierra, aunque paradójicamente se encuentra en perfecto estado (tal vez mejor que el asfaltado Camino De Acceso) y perfectamente señalizado.
- Los sanitarios públicos se encuentran hacia el sur en una pequeña colina verde. Durante la visita permanecían cerrados y parecían tener escaso mantenimiento.
- Los servicios son más bien escasos. Existen algunos comercios minoristas cercanos al acceso, no más que eso. En caso de emergencia, cercano al Museo Municipal José Hernández encontramos un destacamento policial.
- Hacia el norte sobre la vía que rodea la laguna existe un puesto de guarda parques. No encontramos trabajadores en aquel lugar.
- En los alrededores del curso del Arroyo De La Tapera hay algunos juegos para niños, como así también pequeñas cuadras deportivas de fútbol y básquetbol.
Fin de entrada por este viernes. La pandemia de COVID-19 modificó varias de las ideas que teníamos en nuestra visita a Mar Del Plata, siendo las opciones al aire libre las propuestas indicadas para esta época. Esperemos volver pronto a la ciudad balnearia y conocer un poco más de este rincón… y otros.
Terminamos por acá este viernes. Los esperamos dentro de una semana para seguir compartiendo un poco más cada sitio de nuestro país.
Leemos sus comentarios y sugerencias, ¡Muchas gracias por leer!
Muy buena!!! Hermoso lugar para recorrer y como siempre excelente descripción
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