XED! – Pucará De Tilcara desde Tilcara, Jujuy, Argentina.

La Provincia De Jujuy brinda a nuestro país una de las postales icónicas mundo afuera. El amplio valle fluvial del Río Grande, conocido como Quebrada De Humahuaca, es desde tiempos inmemoriales una vía de conexión directa entre la puna andina y las zonas bajas que progresivamente se convertirán en la gran Llanura Chaco-Pampeana. Años de historia se concentran en este pasadizo, de pueblitos entre montañas y cardones.

Conocer los asentamientos de antaño nos puede ayudar a moldear nuestro imaginario sobre cómo vivieron los antepasados quebradeños, además de entender como esto influyó en la historia nacional para conformar la Argentina que hoy conocemos. Si hablamos del pasado arqueológico en Tilcara… hablamos de su Pucará.


¿QUÉ ES?

Un sitio arqueológico reconstruido a principios del Siglo XX. Antigua ciudadela defensiva del pueblo originario Tilcara, vocablo que también le da nombre a la localidad adyacente. Actualmente funciona como museo de sitio, pudiendo visitarse la reconstrucción de varias estructuras militares, sociales y religiosas.

Una casa y su patio dentro del Pucará.

¿CÓMO LLEGAR?

Desde la Plaza Coronel Manuel Álvarez Prado o Plaza Central de Tilcara (nuestro punto cero en la localidad) debemos tomar la Calle Rivadavia hacia el sur por poco más de un kilómetro, hasta su encuentro con la Calle Casanova. Siguiendo el trazo ligeramente curvado de esta vía se llega hasta el “Puente De Hierro” que, como dice su nombre, se trata de un puente de este material distinguible por su color rojizo desgastado. Debemos destacar que la estructura es angosta, con superficie en tablones de madera y con una altura estimada de cuatro metros.

El puente atraviesa el lecho, casi siempre seco y pedregoso, del Río Huasamayo. Desde ahí la calle sigue internándose al sur para llegar en trescientos metros a la pequeña calle de acceso del Pucará. Allí se encuentra el puesto de venta de ingresos.

Como notarán, el lugar es ideal para ir caminando. Podemos destacar un punto por lado. Negativamente debemos recalcar que todo el trayecto es en subida sobre calles de ripio prácticamente sin veredas (o en pésimo estado si las hay), mientras que positivamente destacamos la corta distancia desde el casco céntrico de Tilcara y su belleza paisajística, debilidad de fotógrafos principalmente en el “Puente De Hierro”.

En automóvil particular el trayecto es exactamente el mismo, pudiendo ascender por la ya mencionada Calle Rivadavia o su paralela, Calle Bolívar. Existen remises que llevan pasajeros desde la terminal de ómnibus, la Plaza Coronel Manuel Álvarez Prado y otros puntos céntricos.


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Llegar desde la capital provincial requiere, por lógica, un poco más de tiempo. La distancia es de ochenta y cinco kilómetros que se recorren en poco mas de una hora aproximadamente. Para llegar se debe tomar la Ruta Nacional N.º 9, que bordea el sur de San Salvador De Jujuy internándose hacia el norte, siempre paralela al Río Grande. Sin dejar nunca la ruta, se avanza en sentido norte atravesando varios poblados entre el verde de las Yungas, como Yala o Lozano, hasta llegar a la Quebrada De Humahuaca.

A partir de la localidad de Volcán se sigue la sucesión de pueblos en orden Coiruro, Tumbaya, Purmamarca y Maimará hasta llegar a Tilcara. La entrada al centro urbano se da hacia el este de la Ruta Nacional N.º 9 mediante un puente de acceso sobre el río, que conecta los sitios entre sí. Esa calle de acceso se choca con la Calle Belgrano, que hacia el este encontrará la Plaza Coronel Manuel Álvarez Prado para luego seguir los pasos ya explicitados.


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Desde ambas terminales viales de San Salvador De Jujuy parten micros de varias empresas (Balut principalmente) que recorren en poco tiempo la mayoría de los pueblos quebradeños, encontrado paradas intermedias en ellos. Los precios suelen ser bastante económicos y la disponibilidad accesible, siempre y cuando no hablemos de temporada alta.


RECORRIDO

Desde el cruce del Río Huasamayo a través del Puente De Hierro se puede divisar hacia el sudoeste un pequeño cerrito que no sobrepasa los cien metros de ponencia y demuestra su figura áspera, llena de rocas, cardones y pequeñas casillas en tonos marrones y rojizos que se pierden entre los colores iguales del horizonte de la quebrada.

El camino grisáceo que se ve de izquierda a derecha es el Río Huasamayo en su camino a la confluencia con el Río Grande, visto desde la lateral del Pucará.

La portada está marcada por un cartel metálico, con pircas de grandes rocas que delimitan la zona. Alrededor hay varios puestos, ya sea de artesanías regionales como de comida local. Posterior pago de entrada en la boletería que se encuentra adjunta a la entrada, se puede entrar al lugar. Todo el recorrido a partir de este momento será a pie.

Hay un pequeño centro interpretativo apenas se inicia la visita. Nosotros decidimos realizar una visita guiada gratuita, con horarios marcados de antemano, que comenzaba unos diez minutos después de nuestro acceso. Mientras esperábamos pudimos conocer rápidamente el Jardín Botánico De Altura y el pequeño corral que alberga llamas, alpacas y vicuñas. El Jardín Botánico muestra, entre piedras que delimitan los usos del suelo, algunas de las especies vegetales que pueblan los áridos suelos quebradeños. La presencia casi constante de cardones (o similares, a nuestros ojos inexpertos) hacen bastante llamativa una vuelta rápida por el local.

Distintos tipos de Cardones en el Jardín Botánico De Altura. Las paredes que se ven detrás pertenecen al Centro Interpretativo.

Una vez apersonado el guía comenzamos a recorrer el circuito corto que forma el Pucará, centrándose en las partes altas y centrales del sitio arqueológico. Toda esta zona se encuentra notablemente restaurada. Mientras el guía va contando las primeras nociones sobre los primitivos habitantes de la región se asciende por una pequeña calle peatonal de tierra de forma progresiva, aunque con un desnivel poco marcado.


Los antiguos pobladores se instalaron en la zona durante el primer milenio de esta era ocupando toda la región que hoy conocemos como Quebrada De Humahuaca. El complejo perteneció al grupo Tilcara, dentro de la órbita de los Omaguacas. En un primer momento estos grupos fueron independientes, hasta ser finalmente anexados por los Incas durante los años previos a la conquista.

A día de hoy se considera al Pucará como una fortaleza militar, aunque entre las construcciones no se encontraron destacamentos militares. La urbanidad albergó varias personas en su momento de auge, destacando también por su carácter ceremonial y la presencia de un Pucará hermano, que hoy se encuentra abandonado y semi destruido, del otro lado del Río Grande.


Ya desde la entrada vemos algunas casitas, pobremente delimitadas y en una escala bastante menor. Finalmente, a mitad de camino, encontramos un interesante grupo de casas restauradas. En este momento empezamos a desvendar la historia de aquel paraje, el porqué de su ubicación, sus funciones y su carácter urbanístico mientras se cuentan las vidas de los Tilcaras, nativos de la región.

Lo realmente increíble es notar como las construcciones son sumamente bajas hasta para los visitantes de mediana altura. El proceso de reconstrucción del sitio modeló los “nuevos” escenarios de forma bastante arbitraria, lo que le imprime al sitio una sensación ficticia aunque de hecho el lugar sea una antigua ciudadela.

Podemos visitar las casillas, internarnos en ellas bajo sus techos de paja (como poseía el lugar originalmente) y sus paredes de piedra. Paulatinamente las casas se vuelven templos y talleres que nos revelan el costado religioso y social del Pucará. Especialmente el templo muestra sus características particulares, con sus altares de piedra y sus zonas descubiertas, entre los patios de otras casas lindantes.

El templo a contraluz, con la delimitación de las casas y la pirámide de fondo.

Aquí técnicamente acaba el circuito corto y se deja a los visitantes conocer la pirámide, o monumento, que corona el punto más alto del atractivo. La pirámide es un monolito en honor a los primeros arqueólogos que exploraron la zona: Juan Bautista Ambrosetti y Salvador Debenedetti. Actualmente su presencia es bastante contestada, ya que para construirla se destruyeron algunas viviendas con sus respectivos patios, además de la plaza principal datada del tiempo incaico. Sumamos a esto la irrupción en el conjunto arquitectónico que provoca una pirámide similar a las mesoamericanas en el ámbito en que se encuentra.


El sitio fue redescubierto recién en 1909, con algunos primeros trabajos de restauración simple a cargo de un pequeño grupo de arqueólogos. A partir de 1911, con el aval de la Facultad De Filosofía y Letras de la Universidad De Buenos Aires, se intensificaron los trabajos de restauración. La reconstrucción del lugar prosiguió en varios periodos, en los años 1929, 1948 y 1968.

Los métodos utilizados durante la primera mitad del Siglo XX para su restauración dañaron notoriamente el tejido urbano y sus infraestructuras. Las edificaciones actuales no se contrastan rigurosamente con las originales, sino que más bien intentan reproducir visualmente (y bajo el punto de vista de aquella época) lo que se creía que fue el local.


Esta región dentro del Pucará presenta las mejores vistas en 360º, divisándose todo Tilcara desde un lugar ideal para tomar un café o unos mates. Desde aquí podemos rodear el cerro o volver a la entrada. Si se decide conocer el resto del lugar podemos visitar el cementerio y la zona de corrales, sin dejar de ver constantemente las casas y sus patios que se repiten en todo momento. Este camino finalmente vuelve al portal de acceso.

La pirámide o monumento que corona el Pucará.

Para finalizar… podemos decir que el Pucará es sumamente interesante para quien desea conocer la historia local y como está influyó en la historia argentina y de toda la región. Sin embargo, el lugar por momentos parece una recreación poco ortodoxa de lo que fue. Más allá de lo que pensemos de él, sin dudas es prácticamente obligatorio conocerlo para caminar entre sus estrechos caminos, testigos de la historia.


A TENER EN CUENTA…

ACLARACION: Por la situación actual (Pandemia COVID-19) muchos de los puntos podrían no presentarse de forma tal, por esto recomendamos consultar a organismos oficiales. La visita se dio en Enero del 2020, bajo modalidades previas a la vida pandémica.

  • Por más que hablemos de un “museo” en algún punto, debemos remarcar que por su naturaleza al aire libre recomendamos protegerse del sol y de las altas temperaturas asiduas en el noroeste argentino.
  • De la misma forma vemos necesario llevar calzado adecuado. El lugar no deja de ser bastante agreste y con desniveles de terreno en tierra. La vegetación también puede configurar un problema.
  • El Pucará depende del Instituto Interdisciplinario Tilcara, dependiente a su vez de la Facultad De Filosofía y Letras de la Universidad De Buenos Aires. Esto hace que la entrada tenga un valor monetario con días y horarios preestablecidos. El costo de la entrada en esos días era de $200 pesos argentinos para visitantes nacionales, el doble para internacionales y la mitad para provinciales. Ante la imposibilidad de visita durante parte del presente año no podemos precisar los costos a día de hoy con certeza.
  • Absurdamente, los únicos estudiantes que poseen descuento (total) en la entrada son los de la Universidad De Buenos Aires. Dicha universidad no tiene su sede central en la Provincia De Jujuy pero posee el instituto que nombramos anteriormente en la localidad. No vale la pena insistir. En mi caso, estudiante de turismo en una universidad nacional, no hubo razón para ser merecedor del descuento.
  • La entrada es otro punto insólito. A veces las entradas son una especia de “souvenir” que nos llevamos de estos lugares, siendo uno de los pocos recuerdos materiales que podemos atesorar de los mismos… aunque parece que en el Pucará no pensaron de la misma manera.
La “entrada” en cuestión. Destaque especial para la aclaración al pie sobre el color del ticket y su originalidad.
  • La visita corta dura poco más de una hora. Cuarenta minutos más para conocer el resto del lugar nos parece un tiempo prudente, aunque lo ideal es visitarlo con tiempo para disfrutar el complejo de forma relajada.
  • Los horarios de visita están trastocados debido a la pandemia del COVID-19. Normalmente el horario es de 09:00 a 18:00 horas, de Lunes a Domingo. Los únicos días que permanece cerrado durante el año es el 01/05, el 25/05, el 26/11, el 25/12 y el 01/01.
  • Si bien el circuito corto está diseñado para atender las necesidad de visita de las personas con alguna discapacidad física, no vemos al sitio como un lugar ideal en cuanto a su accesibilidad. En contraposición, hay que destacar que por su propia geografía lo mismo parece casi imposible, sumado a que la administración hace todo lo posible para que su visita sea óptima.
  • La visita guiada gratuita es excepcional. Todos los datos brindados son sumamente relevantes y la atención del guía es totalmente profesional. Muy recomendado.
  • Si no es posible unirse a la visita sugerimos pedir a la entrada el folleto del sitio. Contiene muchísimos datos interesantes, dando un completo contexto general.
El folleto, de varias páginas. Fue bastante utilizado para confeccionar esta entrada.
  • Siempre se deben seguir los senderos preestablecidos, aun mas teniendo en cuenta que nos entramos en un sitio arqueológico.
  • Por la misma razón que el punto anterior, no debemos tocar ningún resto que encontremos en el suelo del lugar. Mucho menos arrojar residuos.

Para obtener más información recomendamos visitar la página oficial del sitio, la del Instituto Interdisciplinario Tilcara, que es esta dentro de las solapas homónimas. Allí encontrarán las últimas noticias referentes al local de la entrada, como así también los nuevos métodos de visita adoptados bajo la situación actual.

Como siempre vamos a seguir adelante con XED! todos los viernes a las 20:30 horas. Pueden cambiar algunos destinos a último momento, pero ¡Siempre hay entrada!

Leemos sus comentarios y sugerencias, ¡Muchas gracias por leer!

4 pensamientos en “XED! – Pucará De Tilcara desde Tilcara, Jujuy, Argentina.”

  1. Que lindo e interesante lugar me quedó pendiente visitarlo, fuimos después de las 18 y ya se encontraba cerrado. Así que cuando vuelva a Tilcara será un lugar para conocer. Muy buena la publicación no faltan detalles excelente!

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