El entramado urbano porteño es, naturalmente, gris. No por cualquier otra cosa la ciudad se inmortalizó en la famosa frase de la banda argentina “Soda Stereo” como la “Ciudad De La Furia”. Miles de automóviles y peatones se cruzan en cada esquina y crean un clima sofocante en algunos de sus barrios, que solo (a veces) es cortada por los altos árboles que adornan las veredas.
Es allí, que en el centro geográfico capitalino (Barrio De Caballito) un pequeño parque de seis hectáreas se alza altanero y verde entre las paredes de edificios. Entre sus caminos internos se tejen miles de historias… sobre todo algunas de las páginas más destacadas del afamado Rock Nacional Argentino.
¿QUÉ ES?
Un parque ubicado en el barrio porteño de Caballito, pleno centro geográfico de la ciudad. Ocupa seis hectáreas reconocibles por su arbolado abundante, su monumental conjunto escultórico y la tradicional feria de libros, revistas y discos. Es la cuna de varios artistas sumamente relevantes de la escena del Rock Nacional.
¿CÓMO LLEGAR?
Desde nuestro habitual punto cero (Plaza De Mayo) el camino es sumamente sencillo. Solo se debe tomar la Avenida Rivadavia, sobre la arista norte de la plaza, por casi seis kilómetros en línea recta constante hacia el oeste. De esta forma tan simple se puede llegar al local, recordando además que la Avenida Rivadavia es la de mayor extensión en la Ciudad Autónoma De Buenos Aires y alrededores.
Este trayecto atraviesa la Avenida 9 De Julio, la Plaza Del Congreso y el Congreso De La Nación Argentina (también pudiendo realizar este tramo por la Avenida De Mayo), Plaza Miserere y la zona céntrica del Barrio De Almagro para, en la intersección de la avenida con la Calle Doblas, encontrar hacia el sur nuestro parque.
El transporte público en la zona es abundante. Las líneas de ómnibus N.º 2, 5, 8, 15, 26, 42, 55, 65, 84, 85, 86, 88, 103, 119, 132, 135, 145, 172 y 181. Cada una de estas líneas lo conecta con otras zonas de la ciudad y los suburbios bonaerenses. La otra opción existente (y recomendada) es usar el “Subte”, siendo el famoso metro porteño la mejor forma para llegar desde nuestro punto de partida habitual. La estación “Acoyte” es la más cercana al espacio verde, aunque “Río De Janeiro” no deja de ser una alternativa interesante si se quiere caminar un poco más.
El optativo uso de taxis, remises y otros aplicativos móviles es posible, turbinada por lo concurrido de la zona y la cercanía equidistante a cada punto de la localidad. Sugerimos también evaluar la posibilidad de acercarse en bicicletas, ya que en calles aledañas existen varias ciclovías que se prestan para ser usadas por los visitantes.
RECORRIDO
Llegando desde la Estación Acoyte (como en nuestro caso) lo primero que llama la atención es la profusión de pequeñas barracas metálicas, casi todas en un verde intenso, que se internan dentro del parque en una de sus cabeceras. El organizado paseo vende en sus casillas un sinfín de libros nuevos y usados, revistas, comics, álbumes, figuritas, CD’s y discos de vinilo. Este sector se remodeló de forma mayoritaria en 2003, para en 2019 terminar de configurarse en su formato actual. La Calle Beauchef, que guía el paseo, actualmente es peatonal.
Nos internamos dentro de la feria. El paseo es tranquilo, generalmente bastante concurrido y alimentado por la gran variedad de libros y revistas que se pasan entre los lectores y compradores. La música cumple su papel fundamental, especialmente en las barracas que acaparan discos de vinilo y CD’s de épocas gloriosas de nuestro Rock Nacional. El parque vive en el imaginario rockero debido a hechos pasados en sus rincones.
Desde fines de la década de 1960 hasta bien entrada la del 2000, el Rock Nacional (escena de rock local argentina) tuvo su momento de gloria con discos vendiendo por millones y estadios llenos. El movimiento que surgió como una vertiente contra cultural se transformó en popular y masivo en poco tiempo, contradiciendo la convulsionada realidad política de nuestro país.
El parque fue escenario de los primeros pasos de algunos artistas icónicos, principalmente del músico “Charly García” quien solía visitar este espacio en conjunto con el cercano Parque Centenario. Durante la década de 1980 centenares de aficionados al Heavy Metal y Punk se juntaban para intercambiar discos de este género musical, acción que posteriormente generó la feria actual.
A día de hoy, las batallas de FreeStyle invadieron el parque. No es extraño caminar en él y encontrar esta interesante expresión cultural entre sus caminos.
El circuito se termina en la Calle Rosario. Desde aquí nos animamos a entrar por un acceso lateral al parque. Lo primero que notamos es su tradicional calesita, ornamentada en colores llamativos e infantiles que invitan a los más pequeños a dar una vuelta. Los senderos empiezan a dirigirse hacia el corazón del pulmón verde. La planimetría del parque no sigue un orden en específico, aunque sí culmina en un punto central del que hablaremos próximamente.
Los senderos siguen curvas caprichosas. A la vera de los caminos de baldosas se ven bancos de cemento para sentarse y descansar. Un poco más allá el sector verde presenta grama corta, solo entrecortado por los altos árboles que se suceden en estos grandes canteros naturales. El lugar no busca dar sensación de vegetación frondosa, en cambio las especies inclinan sus copas hacia el cielo prevaleciendo la altura por sobre la cantidad. A lo lejos, algunos pares de Araucarias inmensas dan un toque especial al complejo.
Casi con certeza puedo asegurar que el argentino tiene una habilidad especial para apropiarse y readecuar espacios. Es contradictorio, muchas personas lo encuentran negativo en contradicción a mi mirada positiva del caso. Los grandes espacios de pastura pasan a ser el sitio ideal para tender mantas y tomar un mate entre amigos, jugar un rato al fútbol, hacer CrossFit o simplemente sentarse a descansar. Esta manera de repensar los espacios en un ámbito urbano carente de zonas de esparcimiento al aire libre es totalmente necesaria, bastante más que ver una decoración inmaculada.
Los cruces entre caminos presentan llamativos puntos de reunión. Cercanos a ellos empezamos a contemplar el conjunto escultórico del parque, caracterizado por sus figuras femeninas en mármol blanco. Destacamos las obras de los artistas José Llimona Brughera y Luis Perlotti.
El conjunto monumental del parque se destaca por sus figuras femeninas en mármol o yeso. No siguen un patrón definido, teniendo en cuenta que adornaron el lugar de manera progresiva. “Fuente De La Doncella” del catalán José Llimona Brughera es en conjunto con “Madre” de Luis Perlotti, parte del destacado complejo escultórico.
El monumento central del parque, obra del argentino José Fioravanti, fue construido en 1942 utilizando mármol blanco en un área mayor a los veinte metros. El arco sorprende por sobre el resto de los destaques, pero de eso hablamos a continuación…
Ya acercándose al punto central vemos un gran arco que entre líneas rectas se alza en un claro monumental. El sitio esta circundado por algunas especies arbóreas de baja altura, como palmeras y pequeños álamos. Todo esto conduce hasta un gran camino central, que se puede ver prácticamente desde todo el local. Secundando el gran arco observamos dos figuras corpóreas en el mismo material, escoltadas por un mástil que sostiene el pabellón nacional.
Llegamos. Frente a nosotros tenemos el magnífico monumento al libertador Simón Bolívar, brindado a nombre de toda la nación argentina. Una impresionante estatua en bronce a tamaño real del prócer sobre su caballo, mientras empuña hacia lo alto su espada, parece surgir desde el centro del arco en señal de libertad. Sobre las columnas del arco las palabras “Juramento” y “Guayaquil” se presentan nombrando los bajorrelieves pictóricos que posee la estructura. Dos figuras femeninas complementan el concepto escultórico.
En un rincón, al norte del arco, encontramos un tímido objeto urbano que llama la atención. Frente a nosotros encontramos un aljibe de época, o una fuente de agua menor, que permanece inactiva a día de hoy. La inscripción correspondiente no deja dudas de que se trata de la Fuente Primitiva de la quinta fundacional del parque, la Quinta Lezica.
Las tierras que formaban el, hasta ahora, inexistente Barrio De Caballito eran propiedad del terrateniente Ambrosio Plácido De Lezica hacia mediados del 1800. El destacado papel político de Lezica en períodos previos y posteriores a la Revolución De Mayo decantó en la obtención de los terrenos que, por problemas económicos posteriores, debió vender hacia el final de su vida.
La familia Lezica intentó infructuosamente vender los terrenos (que llegaban hasta la actual Avenida La Plata) a la Municipalidad De Buenos Aires. Después de idas y venidas, en 1928 el municipio logró expropiar el terreno y convertirlo en el parque actual.
Para terminar… caminamos plácidamente sobre el camino central hacia la Avenida Rivadavia. Pocos lugares en la capital se reconocen tan “Porteños” como este sitio. Su ubicación, historia, cultura, actividades y uso dotan al Parque Rivadavia de un aura especial que esperamos haber transmitido en esta entrada.
Feria sobre Calle Beauchef. 
Álamos en espacio verde. 
Caminos del parque. 
Zonas verdes. 
Monumento a Simón Bolívar. 
Camino central hacia Avenida Rivadavia.
A TENER EN CUENTA…
ACLARACION: Por la situación actual (Pandemia COVID-19) muchos de los puntos podrían no presentarse de forma tal, por esto recomendamos consultar a organismos oficiales. La visita se dio durante el mes de Julio de 2021, durante un periodo de reapertura gradual de las actividades recreativas.
- La entrada, por ser un parque público, es libre y gratuita.
- El parque es totalmente accesible. Todo el recorrido se da en superficies planas y debidamente asfaltadas, casi sin ningún escalón presente.
- La limpieza del lugar se sustenta por la excelente cantidad de cestos, teniendo su debida discriminación entre residuos. También existe sobre la Avenida Rivadavia un puesto de reciclaje ampliamente utilizado por los vecinos.
- El personal de cuidado del parque aporta lo suyo, estando siempre presente para garantizar la normalidad del solar.
- El estacionamiento en los alrededores es libre en la vía pública, aunque bastante complejo debido a la densidad poblacional de barrio. Hay estacionamientos pagos en los alrededores, especialmente sobre la Avenida Acoyte.
- Los alrededores conforman una zona comercial que contempla todo tipo de comercios. Cadenas internacionales como McDonald’s, Starbucks, Burger King o Havanna pueden ser encontradas a pocos pasos.
- El perímetro se encuentra completamente enrejado. La preservación del lugar está garantizada a costa de restringir el acceso en ciertos horarios.
- La feria rebasa de actividad durante el día. Los fines de semana es visitada por miles de porteños en busca de ejemplares raros en otros puntos de la ciudad. Muy recomendable.
- La zona es segura. Como debe ser costumbre en todo lugar, estar atento a los carteristas o “Pungas” es de sentido común.
Aquí termina nuestra visita (atrasada) al Parque Rivadavia. Debido a la condición actual, los parques se convirtieron en la mejor elección para los fines de semana y las tardes posteriores a largas jornadas laborales. Podemos decir que estamos descubriendo un “Buenos Aires Verde”.
Los esperamos el próximo Vier… ¡Perdón! ¡Mañana mismo! Viajamos por primera vez a la Costa Atlántica de la Provincia De Buenos Aires y conocimos su ciudad emblema. Si nos seguís en Instagram sabrás lo que se viene…
Leemos sus comentarios y sugerencias, ¡Muchas gracias por leer!
Excelente tu descripción del parque Rivadavia,como porteña pensé que lo conocía muy bien, pero en esta nota me di cuenta de la cantidad de detalles característicos, que a simple vista, pasaron inadvertidos en mis visitas por el parque. Muy interesante!!! Felicitaciones una vez más.
Qué buena nota!!! Súper interesante el corrido virtual. Dan ganas de ir a vivenciar todo lo que contás
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