Se va otro Juego Olímpico. El evento deportivo a mayor escala en el globo tuvo su lugar en Tokio, la capital nipona que albergó por segunda vez esta fiesta luego de su primera experiencia en 1964. Lo atípico de la situación actual, fuertemente influenciada por la pandemia global de COVID-19, propició diversos cambios en el andar de los “Juegos” reconfigurando varias tradiciones olímpicas.
Probablemente la sesión que mayor cantidad de cambios sufrió fue la “Ceremonia De Apertura” en conjunto con su similar “Ceremonia De Clausura”, al punto de que se hizo público el recorte presupuestario de ambas y su reacondicionamiento a los tiempos que corren y la pauta televisiva. La falta de público sumó otro punto atípico a esta expresión artística que marca el inicio de cada juego.
Más allá de esto ambas ceremonias lograron cumplir el objetivo que se proponen… un viaje en la cultura, tradiciones, deporte y diversidad de cada ciudad y país sede.
CEREMONIAS DE APERTURA Y CLAUSURA DE TOKIO 2020+1
El acto tuvo un fuerte foco en el arte digital que supo poner a Japón en la vanguardia tecnológica, sin dejar de lado las tradiciones existentes desde épocas previas al despegue socioeconómico japonés relativamente reciente. Las vestimentas supieron reflejar la imagen del “Japón Medieval” que gran parte del mundo todavía identifica con gran admiración por parte del archipiélago.
Tal vez el momento de mayor identificación con el imaginario japonés común, fue cuando una compañía de danza Butō realizó un pequeño (y solemne) acto en medio del estadio olímpico. También queremos remarcar dos puntos en particular que nos parecieron sumamente ingeniosos:
- El formato de “Show Televisivo” que se imprimió en varios momentos de la fiesta. Las referencias a la TV japonesa en series tan famosas como “The Simpsons” nos dan una idea de la particular cultura televisiva del país oriental, muchas veces retratado como exagerada e irónica. Un gran punto llevado con mucho humor por parte de los organizadores.
- La clara referencia en los pictogramas a los Juegos Olímpicos Tokio 1964. Dueños de una identidad visual envidiable, la anterior justa ocurrida en Japón dio en sus imágenes nuevos logotipos inspirados fuertemente en ellos ¿Cómo incluir esto en la ceremonia? Recreando cada uno de ellos en pocos segundos con unos pocos actores, todo específicamente pensado para la transmisión remota. Los errores y la posterior espontaneidad de los actores no hacen más que agigantar el sketch. Una idea genial.
La imagen que recorrió el mundo fue la de los Drones, al son de “Imagine”, formando figuras en el cielo de la capital. También rescatamos la solemnidad que pesó sobre el estadio al recordar los caídos en la lucha contra la actual pandemia, tanto personal de salud como afectados civiles. Un pequeño reconocimiento fue dado también para las víctimas del terremoto y posterior tsunami que asoló la costa oriental de la Isla De Honshu en 2011.
La música es otro detalle en el que el pueblo nipón se destaca. Desde la tradicional música ceremonial, pasando por tambores Tai Ko, J-Pop, Jazz y Ska. Un verdadero abanico musical que fue de los puntos más meticulosos desde nuestro punto de vista, siendo tremendamente difícil resumir el entusiasmo musical de esta sociedad en unas pocas horas.
UN SHOW PARA SER
Dicho lo anterior… ¿Para qué sirve esta ceremonia?
Vamos a dejar de lado la idea comúnmente aceptada de la “Tradición olímpica” y los altos costos que muchas veces trae consigo. Justamente, llego el momento de “Hablar Un Poco Más…” sobre el valor simbólico que puede tener para la cultura de una ciudad, o un país, sede de este evento. Ejemplos sobran…
¿Recuerdan Barcelona 1992? Quien les habla no lo recuerda por haber nacido en 1996, sin embargo todo el mundo conoce el magnífico encendido del pebetero por medio de un arquero al compás de “Barcelona”, el famoso tema musical cantado por Monserrat Caballé y Freddy Mercury para la ocasión. Ni hablar de la transformación del largo andar costero de la ciudad, casi cambiando la imagen de la España post-franquista que todavía asolaba al país ibérico.
*Un detalle… la famosa canción “Barcelona” fue oficialmente la canción de los juegos pero no se cantó en ninguna de las ceremonias, dato para otro día.
En Atenas 2004, la cuna del olimpismo recibió al mundo para dar uno de las ceremonias más rememoradas de la historia. Un aluvión de referencias al clasicismo helénico y su mitología atrapante mostraron una Grecia entre la antigüedad y la modernidad. La situación económica del país en años posteriores dejó algo opacado este juego, con grandes cuestionamientos sobre el supuesto legado que debía existir.
*Casi lo olvidamos… la Ceremonia De Clausura de Atenas 2004 tiene un acto enteramente dedicado a la historia turística griega y su relación con las playas sobre el Mar Egeo ¡Muy recomendable!
Beijing 2008 y Londres 2012 tienen interesantes recuerdos de la realidad de cada sitio. El viaje por las tradiciones milenarias de China vio en saga la historia de la “Londinium” romana a la campiña inglesa y su revolución industrial. Todo resumido en un show de poco más de tres horas.
Río De Janeiro 2016 contó de forma súper resumida las tradiciones de uno de los países más grandes del mundo en extensión y población. La síntesis que podemos dar de la anterior edición es la de un show de danza y música sin igual: Samba, Funk, Choro, Toada, Sertanejo, Frevo y todo ritmo que se puedan imaginar. Una comunión entre el pueblo y un evento deportivo.
ENTENDER UNA CIUDAD
En todos los ejemplos que nombramos vemos un denominador común que rige cada evento: La representación de un país o una ciudad. El hecho de que miles de personas lleguen al unísono a un sitio que no conocen, o por lo menos no en su totalidad, crea una desconexión por parte del visitante que lo recurre en una situación propia de un gran evento deportivo en sí. Sin el evento la mayoría de los visitantes ni pisaría el destino.
Más allá de que muchas veces los contenidos puedan ser discutibles, o simplemente reproducir cuestiones que no forman parte integral de la cultura local en el momento, la necesidad del viaje artístico por la historia o la tradición local logra acercar al visitante con la comunidad que va a albergar (al menos) por quince días al mundo deportivo. La misma naturaleza del evento suele complicar la visita a atractivos que puedan cumplir este rol.
Además suele pasar que algunos segmentos turísticos siquiera buscan interiorizarse sobre su destino, muy común en centros vacacionales destacados en cuestiones naturales como playas o actividades invernales. La razón costos también puede ser una traba, aunque menos habitual, existente en ciertos destinos.
Entonces… un evento que logre comunicar de forma sintética un mensaje que podría pasar inadvertido es esa forma de “entender” a la ciudad sede.
Terminamos esta entrada con este subtítulo sintético ¿Podríamos decir más? Sin dudas, pero talvez la interpretación personal de cada uno de estos actos sea más completa que la que logremos dar desde aquí.
Dejamos las conclusiones a ustedes, siempre es tiempo de hablar un poco más…